Para quién andaban confundido que el manejo del bastón de mando incluía nombramientos para posibles candidatos a gobernadores, ya les debió haber quedado claro que el que sigue ordenando en la 4T es, sin duda, AMLO.

No es lo mismo Coordinadora Nacional de Defensa de la Transformación, que Coordinadora Nacional de designaciones para Transformación.

Como dijera la canción “un botón basta de muestra, y los demás…a la camisa”, y este fue el caso de la, pretendida, designación de Omar García Harfuch, posiblemente, candidato de Claudia Sheinbaum para el gobierno de CDMX, donde probablemente, la última palabra la tuvo AMLO, haciendo que se respetara la voluntad popular y, a la vez haciendo efectiva la paridad de género. Algunos analistas llegaron a decir que personalmente AMLO le pidió a García Harfuch que declinara en favor de Clara Brugada.

Donde no hubo mayor problema fue en Veracruz, pues Rocío Nahle salió favorecida, en parte por las encuestas y en parte por el destape abierto que hizo AMLO en una “mañanera”, diciendo que la señora Nahle “era de primera y que tenía calificación de MB y excelente”. Expresiones que no dejaron duda que la candidata del presidente era Nahle. Tal vez, ante la arrolladora simpatía, bien ganada, de Manuel Huerta Ladrón de Guevara exdelegado del Bienestar en Veracruz AMLO le guiño un ojo para que le cediera el paso a su candidata.

En Morelos fue evidente el arrollador triunfo de Margarita Gonzales, también candidata de AMLO, activista social de la izquierda mexicana de hace muchos años, ligada fuertemente a la ideología lopezobradorista.

Con estos “botones de muestra” no queda lugar a duda que, hasta ahora, no a menguado el poder de AMLO como ha sucedido de forma tradicional en pasados sexenios, cuando los presidentes han nombrado a su virtual sucesor.

CD/JV