Dic 11, 2021 / 13:15

Los turbios intereses

Desde la parroquia

Mar Morales

Desde el pasado miércoles que sesionó el Tribunal Electoral, Patricia Lobeira en plena pataleta anda buscando arroparse con diferentes sectores que supone le darán su respaldo porque sí, en efecto, todos son movidos por intereses turbios y no quieren perder sus privilegios.


No lo hacen porque la quieran o la consideren capaz, no.


Quienes le dan apoyo lo hacen porque saben que el derrumbe de los Yunes representa también su caída.
Solo por eso se suben al mismo tren.


No había terminado su cuñado de rendir su último informe de labores cuando ya estaba preparando el viaje para correr a la capital a lloriquear para que los dirigentes de su partido le siguieran la corriente y defendieran una victoria pírrica e irreal.


Ahí, apapachada por quienes, lea usted bien, al darse la vuelta le pueden clavar una daga en la espalda, enarboló un discurso pseudofeminista bastante mal elaborado con tal de defender la joya de la corona porque saben, y muy bien, que perdiendo una ciudad tan importante como es Veracruz, el panismo nacional está a nada de irse al caño.


Acto seguido volvió al puerto a pedir a la CANACO y organismos empresariales que le levanten la mano y defiendan con su sangre el voto.


Y de ahí, nada más.


De los mismos lugares donde se paseó para hacer acuerdos en lo oscurito días previos a su caída, no ha salido.


Y los representantes de organismos camarales, siempre oportunistas, ni tardos ni perezosos salieron a alarmar a la sociedad hablando de inestabilidad social, de incertidumbre económica, porque saben que al ciudadano de a pie, esos que nadie defiende, esa “plebe” que siempre desprecian, al sentir que su bolsillo corre peligro, se puede asustar.


Lo que no acepta Lobeira es que la sociedad jarocha en su mayoría, sí, esa bola de “nacos” que han ofendido repetidamente tanto en la práctica como en el discurso, está hasta la madre de su parentela y lo que representa su nombre: la corrupción, y poco le importan sus discursos y lagrimeos, porque a ellos poco les ha importado si comen bien, si tienen empleos dignos, si viven en un lugar seguro.


Se lo dije y así ocurrió: la culpa es de sus parientes, de nadie más.


Ahora lo único que les queda es tener dignidad.


Desde niña me dijeron que donde no te quieren, te debes largar.


Y eso es lo que debe pasar.


POR CIERTO…


¿Recuerda usted que en 2018, cuando ganó la presidencia Andrés Manuel, muchos dijeron que se irían del país?


Ahora he escuchado a personas diciendo que si no gana Lobeira o el PAN, se van del puerto.


¿Y si los mandamos juntos?


Más barato, por docena, dicen.

CD/YC

* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Cambio Digital.

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