En ésta ocasión, quiero dedicarle estas líneas, a mi amada esposa Xóchitl, con motivo de nuestro aniversario de bodas número 21, el pasado 22 de septiembre; le doy gracias a Dios, por haberme bendecido contigo, permaneciendo juntos hasta hoy, en ésta gran aventura llamada matrimonio, pidiéndole a Él, que nos siga guiando, fortaleciendo y confirmando en su inmensurable e infinito amor, al tiempo, que ruego nos dé de su sabiduría para guiar y cuidar a nuestros hijos, dos hermosos regalos, Romina y Romel…los amo.
Quiero aprovechar, para hacer una reflexión acerca del matrimonio y de la relación en pareja, que suele iniciar con una carga muy fuerte de emociones, sentimiento mutuos e ilusiones, que con el paso del tiempo, pueden verse nubladas por las circunstancias, pero si el amor es más fuerte, éste siempre triunfará sobre cualquier adversidad, haciendo aún más sólida la relación, que al igual que los metales, se forjan cuando pasan por el fuego; por cierto, les recomiendo la película “a prueba de fuego”, es casi una terapia de parejas.
La vida del matrimonio no es fácil, nadie nos advierte, que el camino tiene aristas, que se necesita de mucha paciencia, valor, coraje, y toneladas de amor, para sortear todos temporales que acompañan a una vida juntos, además de los resabios y sinsabores que causan las discusiones, los desencuentros, las diferencias. Porque todo inicia con el enamoramiento, esa etapa, en la que nada es mejor que estar con ella (el), que a veces parece una obsesión. Si eres estudiante, hasta bajas de calificaciones por estar enamorado; al día siguiente tienes examen de la guerra de 1945 ¿pero a quién le interesa la guerra de 1945? Todo lo demás parece irrelevante cuando estás enamorado.
El Dr. Gary Chapman, autor del libro “los 5 lenguajes del amor” dice que cuando la realidad se entremete en la vida de las parejas, te da la bienvenida al mundo real, donde siempre hay cabellos en el lavabo y pequeñas manchas blancas que cubren el espejo, donde las discusiones se concentran en cómo se desprende el papel higiénico y si la tapa del inodoro debe estar arriba o abajo. Es un mundo donde los zapatos no caminan hasta el armario ni los cajones se cierran solos, donde a las chamarras no les gusta colgarse ni las medias se meten en la lavadora. En este mundo, una mirada puede herir y una palabra puede destrozar. Los amantes íntimos pueden convertirse en enemigos, y el matrimonio en campo de batalla.
Pero lo verdaderamente valioso en una relación, es el amor que puedan profesarse uno a otro, ese amor que lo supera todo, amor incondicional, un amor como el que esta descrito en la primera carta a los Corintios capítulo 13, versículos del 4 al 7: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no gurda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
En nuestro caso, hemos pasado por altas y bajas, como todas las parejas, pero hemos aprendido a poner a Dios como la piedra angular de nuestra relación y el centro de nuestras vidas, desde el día que le pedimos bendijera nuestra unión, haciendo votos por amarnos, respetarnos, apoyarnos, en la próspero y en lo adverso, en la salud y la enfermedad, estar juntos en la abundancia o la escases. Siempre hemos anhelado vivir un amor que pudiera trascender en el tiempo, como el de la película que hemos hecho nuestra: “Pide al tiempo que vuelva”, protagonizada por Jane Seymour y Christopher Reeve.
Por ello, exhorto a todas las parejas, a que, en primer lugar, se tomen de la mano de Dios, para que puedan tener una vida juntos llena de amor y logren la felicidad, que como dice el conferencista Yokoi Kenji: la felicidad es un estado mental, no se puede comprar. Y yo, estoy convencido que el amor no es un sentimiento, es una decisión, que cada día debes renovar, tus votos y recordar que el amor más valioso, es aquel que te motiva a ser mejor persona.
Por último, felicito a todas las parejas que deciden unirse en matrimonio, que están convencidos en dar ese paso de fe, para emprender una vida juntos, poniendo sus esperanzas, sueños, anhelos en un mismo sentir y ser el uno para el otro.
Felicidades adelantadas a mis queridos amigos Brenda y Memo.

CD/GL