Jun 26, 2024 / 12:50

Recuperan sonidos del México antiguo en el Museo de las Scuderie del Quirinale

* La exposición, que reúne 160 piezas prehispánicas, llegará a Roma el 30 de julio, con motivo del 150 aniversario de las relaciones diplomáticas entre nuestro país e Italia

México.- La mayor exposición dedicada al mundo sonoro de Mesoamérica, integrada con al menos 160 instrumentos prehispánicos, arribará al Museo de las Scuderie del Quirinale, en Roma, Italia, el próximo 30 de julio, para mostrar la más completa exploración en torno a la diversidad sonora del mundo prehispánico, que incluye silbatos, ocarinas, cascabeles, sonajas, collares, caracoles, flautas con formas de animales y una flauta cuádruple de origen teotihuacano, detallaron a Excélsior los investigadores Frida Montes de Oca y Gonzalo Sánchez.

La muestra, que lleva por título Tlapitzalli. Ritos y sonidos del México antiguo, es una aproximación estudiada acerca de los instrumentos aerófonos (de viento) e idiófonos (que suenan con su propio cuerpo), así como tambores e instrumentos mixtos del mundo precolombino.

En la muestra empezamos con una explicación de cómo llegó la música al mundo prehispánico, a partir de las leyendas y, después, entramos a los símbolos de la sonoridad, acompañadas de imágenes en códices que exponen la representación de la expresión sonora, en particular donde los dioses cantan y danzan”, explicó Montes de Oca.

Esto se logra a partir de la exhibición de dos estelas de gran formato, provenientes del Museo Nacional de Antropología y del Museo del Castillo de Teayo, en Veracruz, en las que aparecen los dioses Ehécatl-Quetzalcóatl, y Tezcatlipoca, quienes alimentaron una serie de leyendas de origen mexica que exploran el origen de cómo llegó la música a los humanos. Por ejemplo, en la cultura nahua se atribuía a Quetzalcóatl el haber repartido al humano los diversos instrumentos para la adoración de los dioses, a través de la música y la danza.

En su oportunidad, Gonzalo Sánchez explicó que en la muestra se incluyen ejemplos de casi todas las culturas de Mesoamérica. “No se planteó seguir una línea temporal ni por región, ya que más bien se le dio énfasis a la importancia que tiene el sonido para estas culturas, así como esa idea de buscar estos materiales —algunos muy valiosos—, que aparecen mencionados en la literatura especializada y que, efectivamente, pocas veces salen a la luz”.

Y aseguró que un elemento enriquecedor de esta exhibición es la inclusión de códigos QR que permitirán a los visitantes el acceder a la recreación de los sonidos de cada instrumento. “Hoy en día esto es más fácil porque el desarrollo de la tecnología nos facilita que a través de QR el asistente que ve los instrumentos pueda escuchar una aproximación investigada de esas distintas sonoridades que se alejan de la música occidental”, apuntó Sánchez.

¿Qué culturas no se incluyeron en esta selección?, se le preguntó a Sánchez. “Las culturas que están escasamente representadas son las del norte de México, porque la evidencia material es reducida, en comparación con las de Mesoamérica. Sin embargo, sí está el occidente, la costa del Golfo, el área maya, Oaxaca y el altiplano central”.

Al respecto, Montes de Oca aseguró que intentaron agregar en la exposición un silbato proveniente de Baja California, hallado en una cueva, “pero lamentablemente fue muy difícil (obtenerlo), pero todo lo demás está bien representado, como las culturas de Colima, Michoacán, Guadalajara y Nayarit, con ejemplos de esos personajes que simulan estar bailando o tocando los tambores”.

Finalmente, Montes de Oca detalló que la muestra también incluye una parte etnográfica con fotografías de la música que se escuchan los grupos indígenas de nuestro tiempo, así como el análisis tecnológico de diversos instrumentos y recordó que en el México antiguo las deidades tenían un carácter dual, lo cual también se reflejaba en la música, como por ejemplo, en las guerras, donde los instrumentos de viento eran tocados a la par de los tambores, vinculados a la tierra: “Así, mientras el huéhuetl marcaba el ritmo, el caracol-trompeta hacía el llamado al combate”.

REÚNEN ARTE MESOAMERICANO

La colección de arte mesoamericano de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), conformada por 15 mil 550 piezas se reúne por primera ocasión en un solo sitio. De ellas, 12 mil 550 obras fueron trasladas al Centro Cultural Universitario; en su mayoría son objetos que no han sido exhibidos y que pertenecen a colecciones como: Spratling, Rock, Canffer, Hetch, Lindao y Cordry.

Con información de: Excélsior

CD/MF

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