Sep 19, 2021 / 09:51

Recomendaciones de Gisela Rubach

La comunicación ha cambiado y los gobiernos tienen que aceptarlo. Tampoco es simplismo o reduccionismo en una simple fórmula sobre el complejo acto de gobernar que merece importantes programas de estudio en las universidades más reconocidas del mundo, chorros de tinta en la prensa, miles de minutos en tiempo aire y millones de bits para registrar el día a día en cada comunidad o región.


El hacer político basado en una correcta investigación y análisis de los resultados respecto a las expectativas ciudadanas y al humor social, cruzado con las proyecciones de desarrollo en un municipio, estado o nación en un lapso de tiempo determinado, provocará un ambiente de satisfacción social.


Si a lo anterior sumamos una estrategia de comunicación sustentada en los actos de gobierno, de acuerdo a los códigos culturales de los receptores, tejiendo una narrativa atractiva con unicidad de mensaje y transferencia de imagen, que produzca una correcta transmediación, así como el aprovechamiento de cada canal para alcanzar diferentes audiencias y segmentos, podemos anticipar que un gobierno tendrá niveles positivos de aprobación, mejora en el humor social y la percepción, porque está produciendo ciudadanía y brindando un bien intangible, pero sobre todo, está cubriendo una demanda social y derecho humano: la información pública.


La mujer avanza. Entre la resiliencia y las resistencias: los últimos diez años del liderazgo político de las mujeres.
Este avance nadie lo para. La mujer continúa escalando espacios de decisión y consolida una evolución social histórica. La persistencia ha narrado el camino y el paso constante hacia la igualdad y la paridad. Hemos atestiguado una década de importantes avances y un 2020 particularmente notable, en el que brilla por luz propia el liderazgo político de las mujeres en el manejo de la crisis sanitaria y económica de mayor magnitud en un siglo.


Bien podría llamarse la década Merkel, por ser la canciller alemana el símbolo más visible y emblemático del poder femenino en los últimos 15 años. La mujer más poderosa del mundo, de acuerdo con la clasificación anual de la revista Forbes: siempre en los primeros lugares, la mayor parte de este tiempo en el primer puesto. Pero centrar en una persona una conquista de miles que ha sido empujada por el esfuerzo de millones, en muchas décadas atrás, sería reducir este trascendental cambio social.


Lo anterior son comentarios de Gisela Rubach Lueters, orgullosamente veracruzana, de Huatusco y pertenece a las grandes ligas dentro de los Consultores de Marketing Político.


Y dice también que hay que aplicar los “siete pasos para una inclusión consciente”.

  1. Antes de pedir el cambio de otros, cambia tú.
  2. No delegues, hazlo.
  3. Oriéntate a hacer que funcione
  4. Suma a personas que valoran a las personas.
  5. Crea una cultura de inclusión consciente.
  6. Claridad para contratar mujeres
  7. Establece objetivos, metas y… ¡a darle!

CD/GL

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