Ago 19, 2022 / 10:15

No hay patrones idénticos para desviar recursos

***No hay patrones idénticos para desviar recursos, evadir consecuencias, traficar con influencias o ejercer abusivamente el poder.

Muchos esquemas de corrupción son similares, pero cada uno es distinto en la cantidad de personas involucradas o en el balance de poder que se presenta. Lo que no cambia es que la gran corrupción se sostiene gracias a las redes de poder económico, criminal, político y fáctico; que los involucrados son cientos o incluso miles de personas; que la impunidad es un elemento clave; y que la corrupción se escuda en la ineficacia de las instituciones.

Al inicio de su gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto presentó el Pacto por México, un acuerdo político firmado por los tres principales partidos políticos PRI, PAN y PRD, más el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quién entonces era aliado político del PRI y del PAN. Este acuerdo prometía el desarrollo de México a partir de una coalición política liderada por el gobierno. López Obrador se opuso a la participación del PRD, lo cual derivó en una fractura en su interior y que culminó en el surgimiento del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como nueva fuerza política.

El acuerdo permitió impulsar diferentes reformas constitucionales en 18 meses: educativa, electoral, fiscal, de competencia económica, de telecomunicaciones y energética.

A finales de 2014, una vez concluido el periodo reformista, inició el proceso de implementación de las reformas. Sin embargo y desde entonces, académicos, analistas y periodistas alertaban que uno de los grandes obstáculos para el éxito de estas reformas sería la corrupción.

Lo que mal empieza mal acaba. Con antecedentes de corrupción electoral durante la campaña de Peña, revelaron financiamiento ilícito de la constructora brasileña Odebrecht. Ya entonces Emilio Lozoya Austin era señalado. Además, según otras investigaciones el entonces candidato Peña Nieto sostuvo diferentes reuniones con gobernadores y líderes sindicales para conminarlos a realizar donaciones en efectivo para su campaña.

En enero de 2018, el Instituto Nacional Electoral (INE) informó el resultado de sus investigaciones respecto al financiamiento ilícito de la campaña de Peña en 2012: se habían entregado tarjetas bancarias a representantes de los partidos políticos en las casillas, lo cual era ilegal.

De norte a sur, de este a oeste, cada rincón de la República mexicana tiene sus propias historias de corrupción. Anécdotas únicas de rapacidad para opacar al estado vecino, leyendas urbanas de saqueo, mitos de latrocinio y símbolos locales del enriquecimiento voraz. Algunas entidades federativas incluso cuentan con verdaderas dinastías del saqueo o personajes históricos que explican cómo nuestra desprestigiada democracia se ha rendido ante tanto ladrón.

“Qué tanto es tantito”. Atlas de la corrupción en México (2000-2018) (Grijalbo) es una recopilación de la información periodística que ha tomado por asalto a los medios en los últimos años. Escándalos, obras públicas colapsadas, estados endeudados, hijos de políticos exhibiendo riquezas; gobers prófugos o capturados en el extranjero; excesos del poder captados en video; fiestas con cargo al erario; moches y cuanta nota sucia se pueda endilgar a la clase política.

La corrupción es un problema que afecta al correcto desarrollo institucional, político, económico y social en todas las regiones del mundo. A pesar de los esfuerzos por combatir este fenómeno, los resultados han sido poco exitosos. Por lo que surge la duda acerca de si la persistencia de la corrupción se encuentra relacionada, no solo con las políticas públicas que se implementen, sino con aspectos específicos de los individuos y de las colectividades.

El objetivo de esta investigación es comprender cómo es que los ciudadanos de los países de Latinoamérica, llegan a un determinado nivel de tolerancia a la corrupción. Para lograr el objetivo, se ponen a prueba cuatro hipótesis, las cuales se basan en que la percepción de la corrupción sobre políticos y funcionarios, así como la percepción de debilidad institucional, las experiencias de victimización de corrupción, y la cultura democrática, inciden en la tolerancia la corrupción.

Aunque no hay que darle mucha vuelta al asunto. La corrupción es un acto deshonesto que se debe pagar con cárcel, pero esas que dejan enseñanza y que hacen valorar si paso por algún Centro de Reinserción Social.

CD/YC

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