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Jorge Arturo RodrÃguez Feb 17, 2021 / 12:57
“…porque el que promete ya está mintiendo†(Sandor Márai).
“Estamos perdidosâ€, me comenta mi amigo Crisóforo, el taxista, mientras vamos a vuelta de rueda sobre la avenida de una ciudad cuyo centro histórico está cerrado por la pandemia y la gente igual anda de compras o paseando un dÃa antes del 14 de febrero pasado, DÃa del Amor y la Amistad, dicen, porque en realidad es un dÃa como cualquier otro, atorados en desquicios y jaleo, aunque al mundo se lo esté llevando la chingada y muchos cientÃficos opinan que es por el cambio climático (Bill Gates: “El cambio climático tendrá efectos mucho peores que la pandemiaâ€) y la ambición desmedida de nuestra parte de poseer más y más, sin importarnos la naturaleza, el ecosistema (a la mierda con todo eso), que ahora nos pasa la factura, y otros tanto creen que es por castigo de Dios. Pos allá cada quien. Y luego, el 15 de febrero pasado, más y más asesinatos aquà en Veracruz, para dÃas después casi morirnos del frÃo violento y de apagones y etc. Nadie de los terrÃcolas tiene la culpa; la culpa es de los marcianos.
SÃ, me desquicia la falta de conciencia de muchos de nosotros ante las atrocidades de todo tipo. Ya perdà la cuenta de cuántas veces he escuchado las expresiones: “No habrá impunidad†o “No quedará impuneâ€, “Iremos hasta las últimas consecuenciasâ€, “Se hará justicia, caiga quien caiga†y lo único que cae es la manzana podrida del ParaÃso o la de Newton. ¿Pasa el tiempo o el tiempo nos traspasa? Quien sabe, pero lo cierto es que nos estamos pudriendo y ni nos damos cuenta, vemos por la ventana un universo que no nos pertenece, aunque quisiéramos tragárnoslo y luego defecarlo. ¿Asà somos?
El talentoso Crisóforo, taxista y filósofo, me recuerda que Sófocles expresó que un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo. No, pos sÃ. Me quedo callado y tarareó la canción “Cuenta perdidaâ€, escrita por mi entrañable Salvador Novo y cantada por Lola Beltrán:
“Nos volvimos a encontrar, después de tanto
Que al mirarte, me dio un vuelco el corazón
Si tu imagen se ha borrado con mi llanto
Como el llanto no apagara mi pasión.
Que volvamos a empezar, que te perdone
Que no miras, que soy otra y otro tú
Si te acepto, es porque quiero que me abone
La desgraciada vida, la que me abrió esta herida
La cuenta ya olvidada, la cuenta ya perdida
Que no alcanzó a pagarse con nuestra juventud.
Nuestra historia terminó, nada me debes
Fue el encuentro de dos seres, nada más
Y los soles que alumbraron mi ventura
Con el tiempo, los he visto naufragar.
Que volvamos a empezar, que te perdone
Que no miras, que soy otra y otro tú
Si te acepto, es porque quiero que me abone
La desgraciada vida, la que me abrió esta herida
La cuenta ya olvidada, la cuenta ya perdida
Que no alcanzó a pagarse con nuestra juventud
Nos volvimos a encontrar, después de tantoâ€.
Crisóforo se rÃe y me dice al bajarme cerca del centro histórico: “No olvide que con el amor no se juega, menos con la amistadâ€. Y yo le recité estas palabras de Goethe: “El amor es una cosa ideal; el matrimonio, una cosa real; la confusión de lo real con lo ideal jamás queda impuneâ€. Nos carcajeamos.
Los dÃas y los temas
LeÃ: “…el filósofo esloveno Slavoj Zizek se pregunta en qué ha convertido nuestra vida el virus en más de un año. Para el pensador, la nueva normalidad, que se instauró como respuesta a la pandemia, priva nuestra existencia del sentido, convirtiéndola en “una vida extraña que se prolonga y que no nos permite ni vivir en paz ni morir rápidamenteâ€.
“Antes de morir, no solo estamos (obviamente) vivos, tenemos que vivir. Para nosotros los humanos, la vida es una decisión, una obligación activa†Esta postura […] es adecuada a adoptarse hoy, cuando la pandemia nos recuerda a todos nuestra caducidad y mortalidad, de cómo nuestra vida depende de una oscura interacción de (lo que nos parecen) contingencias. […] El verdadero problema no es que podamos morir, sino que la vida se prolonga en la incertidumbre, provocando una depresión permanente, la pérdida de la voluntad de continuarâ€. ¡Madres!
Y luego dice: “Paradójicamente, la propuesta de la vacunación masiva, prorrogada o cuestionada por cada nueva cepa del virus, resulta en que “vivimos en un colapso pospuesto sin finâ€. Y parece que disfrutamos de ello.
“En la primavera del 2020, las autoridades a menudo decÃan: “En dos semanas, deberÃa mejorarâ€; luego, en otoño del 2020, fueron dos meses; ahora, es casi medio año […]. Ya se escuchan voces que sitúan el fin de la pandemia en el 2022, incluso en el 2024… Todos los dÃas traen noticias: las vacunas funcionan contra nuevas variantes, o tal vez no; la rusa Sputnik es mala, pero luego parece que funciona bastante bien; hay grandes retrasos en el suministro de vacunas, pero la mayorÃa de nosotros todavÃa nos vacunaremos en verano… estas oscilaciones interminables obviamente también generan un placer propio, lo que nos facilita sobrevivir a la miseria de nuestras vidasâ€. (sinembargo.mx, 15/02/21).
Quien entendió, entendió.
De cinismo y anexas
Dice Aurora, una amiguita en tiempos de pandemia: “¿Quién dijo que el mundo se acababa en el 2020? Son todos tan mentirosos. Encontré una lata de atún que caduca en el 2025â€.
Ahà se ven.
CD/YC * Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Cambio Digital.
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