Mar 13, 2024 / 02:10

Mochó, la lengua y cultura que están a punto de desaparecer

México - El Mochó, también conocido como cotoque, qatok o motozintleco, es una lengua que pertenece a la familia de las lenguas mayenses. Esta lengua es hablada en algunos barrios del municipio de Motozintla, Chiapas.

Los miembros de estas comunidades se autodenominan mochós o motozintelcos. Cabe señalar que el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas identificó que el qato´k tiene dos variantes: mochó y tuzanteco.

De acuerdo con el libro Relatos Mochó de CONACULTA, en el 2000 se contabilizaban 500 hablantes. Empero, para el 2010 el número de hablantes registrados era de tan sólo 141.

Y aunque esa cifra no ha sido actualizada, es fácil deducir, con base en la evidencia, que seguramente disminuyó como consecuencia de la discriminación que siguen sufriendo nuestros pueblos indígenas.

La delicia gastronómica más representativa de los mochós es la bebida ritual llamada puzunke. Ésta se prepara a base de polvo de zacatito, citul, pimienta, anís, pericón, chile, chocolate, jengibre, entre otros ingredientes. El puzunke se consume durante la fiesta de San Francisco.

Este pueblo indígena también cuenta con un grupo de danzantes, el cual está integrado por 19 miembros que se presentan durante siete años en la fiesta de San Francisco. Portan trajes coloridos y bellísimos.

El siguiente relato fue recopilado por Perla Petrich de la Dirección General de Culturas Populares y se encuentra en el libro Lenguas de México (Relatos Mochó) de CONACULTA

La luna era una señora que tenía dos hijos; éstos iban a trabajar la milpa y tenían mucho trabajo. Ella en casa les preparaba muy poquita comida. Tenía una olla llena de guisado pero les daba muy poquito para comer.

––Hacemos como si estuviéramos durmiendo ––dijeron los hijos––, así esperaremos a ver quién es ese que viene.

Se acostaron e hicieron como que dormían, como que roncaban. Vieron entrar un animal danta. Entonces la madre puso la mesa y la comida. El animal y la mujer empezaron a comer.

––Es nuestro padre, pero no nos importa ––dijeron los hijos. Ellos volvieron al trabajo. Un hermano le dijo al otro:

––Ve al pueblo y compra una vara grande. Hicieron con ella una trampa para el animal. Vamos a ver si cae en la trampa dijeron los hermanos.

La danta pasó por ahí y se murió en la trampa. Los hermanos regresaron a su casa. Simularon dormir, mientras la madre esperaba a la danta, pero ésta, a pesar de la espera no llegó. Así estuvo la mamá hasta el momento en que cantó el gallo. La madre empezó a Ilorar y ya no preparó más comida.

––Ustedes mataron a su padre ––dijo a los hijos. ––¿Qué padre? ––preguntaron ellos–– nosotros no hemos visto a nuestro padre. ¿Si nuestro padre existe porqué no comemos con él?

Al otro día, cuando fueron al trabajo, vieron patas arriba al animal y con un palo lo arrojaron al barranco. Llegó la mujer llorando y ellos le preguntaron:

––¿Por qué estás llorando mamá?

––Ya no haré más comida, ustedes mataron a su padre, es mejor que vayan a agarrar cangrejos a la orilla del río.

Entonces los hijos fueron e hicieron un gran fuego.

––Ahora hijos ––dijo la mujer–– no dilaten, pongan los cangrejos sobre el fuego.

Los hijos los pusieron sobre el fuego para que se cocieran bien.

––Soplen ese fuego ––dijo la madre.

Los cangrejos al ser soplados empezaron a reventar y fueron a dar a sus ojos. Los hermanos gritaron y brincaron. Empezaron a agarrar pájaros con las manos. Desde entonces son monos y se fueron corriendo. Esa señora lloró y Iloró viendo a sus hijos convertidos en monos. Entonces se escondió en el río y ahí se volvió luna. De ahí Dios la sacóy la Ilevó al cielo.

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Con información de: México Desconocido

CD/NR

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