Oct 23, 2021 / 12:22

Malverde tiene seguidores y hasta capilla en Veracruz

Isabel Zamudio

Veracruz, Ver.- En la zona norte de la ciudad de Veracruz, en el camellón central de la avenida Río Medio que conecta los fraccionamientos y la Reserva 4, permanece una capilla dedicada a Jesús Malverde Campos, venerado en el norte de nuestro país y conocido como el Santo de los Narcos o el Santo de los Pobres.

A 500 metros de esta y en los límites del fraccionamiento Las Brisas y la Reserva 2, también fue erigida otra capilla pero a la Santa Muerte.

Estas capillas refuerzan el estigma de que en la zona norte de la ciudad de Veracruz viven los delincuentes y la malandrada, y más desde los saqueos registrados en enero de 2017 con el pretexto del gasolinazo y en el que vaciaron cientos de negocios grandes y pequeños de aquella zona del puerto y el centro de la ciudad.

También por el hecho de que en las administraciones de Javier Duarte y Fidel Herrera los enfrentamientos, ajustes de cuentas y levantones se daban a diario en la zona, donde además se ubica la fosa clandestina más grande que se había encontrado en Veracruz, en Colinas de Santa Fe.

Los fraccionamientos y unidades habitacionales de quienes se ganan la vida honestamente, quedaron rodeadas de colonias y asentamientos irregulares en predios invadidos ilegalmente.

Y en ese ambiente, la adoración a santos no reconocidos por la iglesia Católica, han proliferado.

A Jesús Malverde no le ponen casi veladoras en la capilla, sino latas vacías de cervezas.

En la capilla hay una alcancía donde se indica que lo que se recolecte se enviará a la Catedral que tiene en Culiacán, Sinaloa, estado en que este delincuente convertido en “santo” nació y “trabajó”.

“Malverde" era un apodo derivado de "el Mal Verde", pues el sinaloense realizaba sus asaltos entre la espesura verde del monte; era católico, acudía regularmente a la Iglesia del Pueblo y su frase más conocida era "ayudar a mi gente en nombre de Dios".

Aunque murió en mayo de 1909 a los 39 años de edad, su culto continúa y se ha extendido no sólo a otros estados de la República sino a otros países.

El ladrón que delinquía en los Altos de Culiacán, asaltando y roñando a familias adineradas y hacendados para supuestamente repartir entre los pobres el botín tiene seguidores también en Veracruz, quienes se encargan de mantener la capilla color verde en condiciones aceptables.

CD/YC

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