Abr 19, 2024 / 10:00

La soberbia

*** La política, una arena donde las decisiones tienen un impacto profundo en la vida de las personas, a menudo se ve influenciada por una fuerza destructiva: La soberbia.

Ciertamente, a lo largo de la historia, ha habido numerosos ejemplos de políticos que cayeron en la trampa de la soberbia creyendo que siempre tenían la razón y despreciando la opinión de otros.

Como pueden ver, estos casos nos muestran cómo la soberbia provoca desde crisis económicas y sociales hasta conflictos internacionales. En cada caso, la falta de humildad y la negativa a considerar opiniones y hechos contrarios llevaron a resultados negativos para la sociedad y la estabilidad política.

La soberbia también puede llevar a la corrupción, ya que los políticos arrogantes pueden creer que están por encima de la ley y pueden aprovecharse de su posición para beneficio personal. Esto mina la confianza del público en el sistema político y socava la justicia.

La palabra soberbia puede ser entendida de forma positiva como un adjetivo que significa “grandioso, magnífico”, por ejemplo cuando el crítico taurino escribe aquello de una “faena soberbia” o cuando exclamamos ante los pasos de Semana Santa aquello que son soberbios. Pero cuando se convierte en un sustantivo, su significado adquiere un sentido claramente negativo, por ser la “arrogancia y apetito desordenado de ser preferido a otros”, la “satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás” o, la “cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas” acepciones todas ellas de quien Ordena, fija y da esplendor a la lengua política. De alguna forma es un orgullo derivado hacia la parte oscura, de la fuerza dirían los seguidores de la Guerra de las Galaxias.

CD/YC

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