Ene 24, 2022 / 07:50

Evangelio del día 24 de enero de 2022

Lunes, 24 De Enero
Lunes de la 3ª semana del Tiempo Ordinario

Beata Paula Gambara Costa Más…
Evangelio según San Marcos 3,22-30.

Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: "Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios".

Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: "¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás?
Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir.

Y una familia dividida tampoco puede subsistir.

Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin.
Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.

Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran.
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre".
Jesús dijo esto porque ellos decían: "Está poseído por un espíritu impuro".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle San Juan Casiano (c. 360-435)
fundador de la Abadía de Marsella
Los principados, Conferencias VIII-XVII (SC 54, Conférences VIII-XVII, Cerf, 1958), trad. sc©evangelizo.org

Todas las cosas serán sometidas a Cristo

Existe una razón para la denominación de principados y potencias (malos espíritus), porque ellos ejercen dominación e imperio sobre diversos pueblos. También porque tienen bajo ellos espíritus y demonios de rango inferior, de los que aprendemos por el evangelio y por su propia confesión, que son legión.

No podrían ser denominados dominación si no tuvieran sobre quien ejercer su poder, ni potencias o principados si no tuvieran sobre quien ejercer la preeminencia. La blasfemia que el Evangelio nos reporta de los Fariseos, da la luz sobre esta verdad: "Es por Belzebul, príncipe de los demonios, que él expulsa a los demonios" (Mt 12,24). En otro texto se da la apelación "jefe de tinieblas" (Ef 6,12) y otro demonio es designado como "príncipe de este mundo" (Jn 14,30).

Sin embargo, el bienaventurado Apóstol afirma que esas dignidades se evanecerán un día, cuando todo será sometido a Cristo y él "entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo principado, dominio y poder" (1 Cor 15,24). Esto se podrá realizar cuando los demonios vean sustraer de su soberanía a los que ejercen en este siglo su poder, dominio o principado.

CD/JV

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