Los gobiernos de Estados Unidos (EU) y Gran Bretaña se alistan para un escenario de sanciones contra Rusia, con el objetivo de reducir las tensiones en la frontera con Ucrania.

En la primera nación, que recientemente respondió a las condiciones rusas, el Congreso busca aprobar un paquete de restricciones que llaman “la madre de todas las sanciones” en caso de que Vladimir Putin ataque Ucrania, pese a las negociaciones para desescalar la situación por la que Rusia desplegó en su frontera más de 100 mil soldados.

Aunque aún no existe un acuerdo, detallaron que se trata de una batería amplia de sanciones para evidenciar que sólo hay dos caminos, los cuales son la diplomacia, como insiste el secretario de Estado, Antony Blinken, o el conflicto con consecuencias devastadoras.

Por su parte, en Europa, la ministra de Exteriores británica, Liz Truss, precisó que acondicionan un cambio a la ley para que las nuevas sanciones contra Rusia abarquen más terreno, pues prevén incluir empresas de interés del Kremlin y así generar un mayor impacto contra el régimen ruso.

La funcionaria prepara una visita a Kiev esta semana, con el fin de mediar en el proceso como lo han hecho Alemania y Francia; en la siguiente hará lo propio al acudir a Moscú.