Jul 19, 2022 / 07:20

Testimonios de Alcohólicos Anónimos: Empezamos a valorar...

* Aquí somos una mafia, pero blanca, eso se llama fraternidad

17 de 90

Cada día vamos siendo más. Cuando ingresé hace 17 días éramos cuatro. Hoy gracias a Dios somos el doble.

Las edades son diversas, desde los 22 años hasta uno de 68. El deseo de dejar de beber no tiene edades, es cuestión de voluntad.

Es una fraternidad. Todo el que ingresa lo recibimos con júbilo, como si llegara un familiar a casa, esos que son queridos y tienen años de no visitarnos. Es una gran familia.

Como dijera "El Padrino", somos una mafia, pero blanca.

Entre todos nos cuidamos. Si alguien se siente mal enseguida nos apoyamos, hacemos la unidad.

Lo importante es sentirnos bien. Gracias a Dios hemos hecho un buen equipo. Y es que finalmente todos venimos a lo mismo, a buscar esa maldita obsesión de dejar de beber y otros a dejar de drogarse.

Aquí no hay clases sociales. No hay distinción. Todos somos unos borrachos, pero buscamos el anonimato.

A las verduras le empezamos a agarrar el sabor. Jamás habíamos probado algunos de los alimentos que compartimos. Otros sí, pero no es lo mismo consumirlos en borracheras que en sano juicio.

Con el paso de los días nos vamos dando cuenta lo que estamos dejando de hacer en casa. Ahora valoramos muchas cosas, vienen momentos de arrepentimientos, pero el orgullo de decir un rotundo NO a dejar de beber nos cuesta trabajo.

Aunque lo decimos, pero no estamos todavía completamente seguro de ellos. Algunos de los compañeros han recaído varias veces y dicen que es peor que cuando bebían. Uno de ellos ha visto morir a compañeros que no se salvaron de alguna cruda.

Son experiencias muy fuertes. Afortunadamente nosotros llegamos aquí con nuestros dos ojos, dos brazos, dos manos, dos piernas, casi completos, otros ya no están ni para contar su vida de borracho.

De la literatura de AA:

Yo puedo dejar de beber por un tiempo entre una y otra borrachera; ¿Cómo puedo saber si necesito a A.A.?

La mayoría de los A.A. dicen que todo está en cómo se bebe y no en la frecuencia con que se bebe. Muchos bebedores pueden pasar semanas, meses y hasta años entre una y otra borrachera. Durante sus períodos de sobriedad puede que hasta ni siquiera piensen en el alcohol. Sin hacer gran esfuerzo mental o emocional, pueden tomar o no tomar, y prefieren no tocar el alcohol.

Luego, por alguna razón inexplicable, o incluso sin razón, se entregan a una borrachera prolongada. Dejan a un lado su oficio, descuidan la familia y demás deberes cívicos y sociales. La borrachera puede durar apenas una noche o prolongarse por días o semanas. Cuando pasa, la víctima se siente débil, llena de remordimiento; resuelta a no dejar que vuelva ocurrirle semejante cosa. Pero, es seguro que volverá a ocurrirle.

El bebedor periódico puede o no ser alcohólico. Si comienza a beber de seguido y si los períodos de sobriedad entre una y otra borrachera van volviéndose progresivamente más cortos, lo más probable es que llegue el momento en que tenga que ver que se encuentra ante un problema verdadero. Si está listo a convenir en que es un alcohólico, ha dado el primer paso hacia la sobriedad progresivamente constructiva de que disfrutan miles de A.A.

Frase: No juntarse con los amigos que bebías hasta tener fortaleza         

Mañana hablaremos de una nueva experiencia. Salimos de nuevo a compartir a un municipio conurbado.

PD. En Veracruz hay una oficina intergrupal que se llama “Paso 12”. Si alguien requiere de alguna información para dejar de beber el teléfono es 229 932 58 80 y un email: oficinaintergrupalveracruz@hotmail.com

CD/YC

Notas del día: