Dic 27, 2023 / 08:53

El político práctico y el politólogo

***La función del político práctico y del politólogo o estudioso de la política es diferente. No se debe traer al campo del estudio científico motivaciones políticas y viceversa. Sin embargo, es deseable que el político práctico y profesional conozca el estado general de la filosofía política y de la ciencia política para guiar su pensamiento y madurarlo.

El politólogo reflexiona y analiza la política; puede influir en las decisiones políticas, pero sin perder su ideología política. Este último cuenta con una formación intelectual sólida y crítica, con un alto compromiso en cuanto a las soluciones de los problemas políticos de la sociedad en la que vive.

De acuerdo con Max Weber, la política es la aspiración a tomar parte en el poder o a influir en la distribución del mismo. Quienquiera que haga política anhela llegar al poder; al poder como medio para el logro de otras miras.

La política estriba en una prolongada y ardua lucha contra tenaces resistencias para vencer; lo que requiere, simultáneamente, de pasión y mesura. Únicamente quien está seguro de no doblegarse ante las adversidades podrá demostrar su vocación para la política.

Hay dos formas de hacer de la política una profesión: vivir "para" ella o vivir "de" ella. Entre vivir "para" y vivir "de" la política existe una diferencia, ya que el individuo que vive "de" ella se coloca en un nivel mucho más burdo; esto es, en el nivel económico. El que vive "de" la política como profesión, pretende valerse de ella para convertirla en fuente permanente de ingresos; mientras que si se vive "para" ella, el nivel en el que se halla es otro. Quien vive "para" la política, cuenta con una situación económica independiente de aquellos ingresos que puede percibir de aquélla. Quienes carecen de fortuna no pueden lanzarse a la carrera política sin aceptar, junto con los azares del oficio, la inseguridad financiera.

Quienes, dada su situación patrimonial, históricamente han tenido que vivir de la política, encuentran la alternativa de convertirse en periodistas o funcionarios de un partido, que fueron por mucho tiempo dos características o caminos directos para dedicarse a la política; o bien, la opción de conseguir un puesto adecuado, ya sea en la administración pública o en las entidades que propician intereses, como sindicatos, cámaras de comercio, patronales, etcétera.

El periodismo también ha sido por mucho tiempo una de las vías más importantes para la actividad política como profesión. Este camino no es accesible para toda la gente, mucho menos para la de carácter débil, sino sólo para aquellos que logran su equilibrio interno.

El profesional de la ciencia política y la administración pública es un servidor público peculiar. Como político, debe ser formado en los diferentes aspectos que le permiten conocer las tendencias generales de la sociedad, pero también los medios que facilitan el acceso al poder.

Debe ser eficiente en los procedimientos que llevan al poder o que permiten perpetuarse en él; pero también en los fundamentos que explican las limitaciones y condiciones en las cuales se puede hacer política.

Además de políticos con responsabilidad, de las universidades deben egresar politólogos; es decir, científicos de la política que expliquen el devenir del Estado, sus relaciones con la sociedad, y que diseñen nuevos métodos para el estudio de la política.

CD/YC

Otras: