Oct 01, 2021 / 08:51

Diputados demuestren por qué querían llegar

Dicen que en la vida el tiempo se aprovecha o se desperdicia. En la Cámara de Diputados Federal hay 500 miembros, de los cuales 300 llegaron por el voto ciudadano y los 200 restantes por representación plurinominal.

Aparte de eso un ingrediente más es que esos 300 se sometieron a la búsqueda del voto, hicieron campaña y de unos mil 500 competidores ellos y ellas salieron triunfadores.

El llegar a la colonia El Parque de la alcaldía Venustiano Carranza y entrar con “picaporte” a la Cámara de Diputados los hace soñados para algunos. Él saber que esos 500 diputados federales representan a casi 100 millones de habitantes debe ser motivo de orgullo.

Ahora bien, eso no es nada todavía. Falta saber porque aspiraron a tener una curul, un espacio en Poder Legislativo. Efectivamente les costó mucho llegar a la Cámara Baja, muchos de ellos fue seguramente su segunda elección. La primera la perdieron. Ahora tienen que seguir con esas ganas y no llegar desinflados por el esfuerzo que realizaron en campaña.

Deben demostrar que están hechos de coraje, que desearon siempre ser legisladores para ahora si legislar por el bien de la ciudadanía. Si antes trabajaban seis horas ahora deben ser 12, si antes trabajaban 12 horas ahora no deben de dormir. En los trayectos de un lado a otro deben conciliar el sueño para tener más energía y seguir adelante.

Tres años se van volando. Muchos saldrán de ahí para ocupar otras oportunidades de elección. Buscarán gubernaturas, senadurías, reelegirse como diputados o ir de presidentes municipales.

Tienen la oportunidad de su vida de hacer relaciones, de llevarse con políticos apasionados, de aprender de otros y de cumplir con ese sueño que le dio su esfuerzo, pero deben dejar un legado. En esta vida nada es fácil.

Regresar a su distrito debe ser una obligación moral. Muchos no vuelven y por eso es que se prostituyen la política. Deber dejarse guiar y aprender de quienes ya pasaron por esa etapa. Ir a la Ciudad de México no debe ser para hacer antigüedad o currículum sino para participar en las grandes decisiones que se toman desde el Legislativo.

Reconfortante debe ser pasar a la tribuna y pelear como lo hacían desde la aldea por buscar un México mejor. La vida es corta que difícilmente tengan otra oportunidad para subir a la tribuna. La hora del aficionado no solo debe ser de catarsis, es la gran oportunidad de demostrar de qué están hechos.

Así que no les quitamos el tiempo a los diputados federales y a seguir trabajando que por eso lucharon tantos años y ahora que tienen esa representación deben aprovecharla a su máxima expresión.    

CD/YC

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