Mar 26, 2024 / 08:44

Desde el más alto nivel se reparten el poder

En esta jornada electoral habrá muchas sorpresas. No es que se tengan los números en las manos o se trate de un estudio de investigación simplemente es cuestión de lógica.

En cuantas elecciones no se ha visto que el candidato mejor posicionado es vapuleado por el rival con menos potencial, o de quien no dan un “cacahuate” obtiene una votación arrolladora.

La zona sur por ejemplo puede ser desfondada o algo pudiera pasar en la conurbación sin referirnos a un determinado partido o coalición, son conjeturas, la zona norte podría dar la sorpresa alguna alianza, en fin.

Para nadie es un secreto que desde el más alto nivel se ponen de acuerdo para catafixiar algunos distritos, eso es lo más común, solo que la gente que no tiene acceso a ese tipo de negociaciones y se rasgan las vestiduras por tal o cual partido político no saben de esos movimientos.

Por ejemplo, en la época de don Fernando Gutiérrez Barrios el PRI ganó la presidencia municipal de Tuxpan, pero perdieron Poza Rica donde iba como candidato a la alcaldía su amigo Marcos López Mora, y el “Hombre Leyenda” tuvo que canjear Tuxpan para el PAN a cambio que Poza Rica se le quedara al PRI.

Muchos políticos han advertido de ese tipo de trueques y ¿cómo le hacen? mandando a un rival débil para dar oportunidad a otro partido a que gane.

Con Miguel Alemán Velasco siendo gobernador el PAN ganó la presidencia municipal de Xalapa, pero antes de dejársela a ese partido prefirió el hombre que no era bombero entregar el poder a Convergencia por la Democracia, hoy Movimiento Ciudadano y sacrificaron tres casillas al candidato del PRI y ahí es donde se hace todo el “chanchullo”.

Hay muchas anécdotas no solo en Veracruz sino en la mayor parte del país. Se dice que cuando “El Jefe” Diego fue candidato presidencial del PAN iba visitar 20 ciudades importantes del país y todas las que iba a pasar en la gira serían para el PAN, Veracruz fue una de esas ciudades.

Es algo que solamente los que tienen el poder y el mando saben de eso. Cuantas negociaciones no se han hecho desde la Secretaría de Gobernación. A cuantos dirigentes sindicales nacionales no han destronado y a otros los han impulsado de la noche a la mañana para acceder el poder.

Joaquín Hernández Galicia “La Quina” es muestra de ello. Con Carlos Salinas de Gortari optaron por meter a la cárcel al hombre de Ciudad Madero, que su infancia la vivió en el barrio de La Huaca y no le perdonaron que el sindicato petrolero haya apoyado a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en su campaña presidencial y estuvo a punto o más bien ganó las elecciones solo que con mañanas retuvieron el triunfo los del PRI.

Volviendo a las elecciones no siempre las gana el mejor candidato, ni tampoco un gobierno exitoso es garantía de continuidad. Las campañas electorales sí son importantes, contrariamente a lo que muchos opinan, y puede darse la circunstancia de haber gobernado bien y perder, o haber sido un gobierno cuestionado y terminar afianzándose en las urnas. Las campañas hoy son permanentes, y un trabajo desde la oposición bien planteado ofrece a ese candidato muchas posibilidades de ser la opción que elijan aquellos electores que desaprueban la gestión del gobierno que, por su puesto, siempre los hay.

Un elemento crucial en el trabajo de la oposición es la elección de los temas que van a definir la política del partido durante ese periodo y que son necesarios para asociar la imagen del candidato o del grupo político a esos asuntos que son de interés para los ciudadanos. Se trata de elegir tan bien esos temas que cuando las personas piensen o vean al candidato, de manera inmediata se le venga a la cabeza.

Un tema es un conjunto de problemas vinculados por un hilo conductor. A la hora de elegir un tema, se puede optar por aquellos que son de gran amplitud o por los llamados temas posicionales.

Los mensajes de gran amplitud tienen la ventaja de llegar a un público de amplio espectro y están orientados a crear una imagen favorable del candidato. Son temas con los que todo el mundo está de acuerdo, no polarizan y siempre aparecen en las primeras preocupaciones en los sondeos: limpieza, seguridad, empleo, infraestructuras, corrupción, estabilidad política…. Estos temas no dividen a la población, pero son más débiles que los temas posicionales, es decir, aquellos que se sitúan en el ámbito de las disputas ideológica de los partidos, crean polémica y en ocasiones polariza, pero indiscutiblemente afianzan a una parte del electorado. La cobertura o no de la sanidad pública, el carácter público o privado de la enseñanza o la despenalización del aborto son temas de esta naturaleza.

Los partidos que están en la oposición deben escoger entre un tipo de tema u otro, aunque en líneas generales tienen razones para utilizar aquellos más ideológicos. Incluso en muchas ocasiones se da la circunstancia de que algunos candidatos tienden a apoderarse de los temas posicionales de los adversarios.

La ciudadanía está harta de “dimes y diretes”. Ya no soportan más pleitos, lo que quieren escuchar son soluciones a los problemas más sensibles, es lo que les interesa el bienestar de su entorno, la mejoría en los servicios públicos como la limpia pública, alumbrado, medio ambiente, entre otros.

Para no errar en la selección de temas es imprescindible que los candidatos conozcan al público al que el partido quiere dirigirse durante estos años de oposición y ofrecerle unas propuestas que satisfagan sus intereses. Es importante que no se vuelvan locos con la selección de temas. Basta con cuatro o cinco, las cuatro o cinco poderosas razones con la que querrá convencer a los ciudadanos.

Los temas son un instrumento imprescindible para luchar contra uno de los principales enemigos de los políticos en la oposición: la resistencia al cambio. En todas las elecciones los votantes tienen que decidir entre la continuidad del gobierno o su cambio por otro partido. Sustituir al partido que está en el gobierno no es tarea fácil porque lo conocido proporciona seguridad y el miedo a lo nuevo lleva a muchos electores a no arriesgar con su voto. Una oposición efectiva, por tanto, será aquella que con su estrategia y sus mensajes sea capaz de neutralizar la sensación de miedo y proporcionar soluciones concretas, prácticas y viables a los problemas de la sociedad.

CD/YC

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