Mar 28, 2024 / 00:10

Desarrollan un tratamiento pionero contra el cáncer de hígado más mortal

Estados Unidos - La división celular es una fuerza impulsora fundamental en la mayoría de las formas de vida en nuestro planeta. Sin embargo, cuando este proceso no se controla adecuadamente, puede desencadenar consecuencias graves y letales para el organismo. Un claro ejemplo de esta desregulación son los oncogenes, genes responsables de regular el crecimiento celular que, cuando sufren mutaciones, pueden desencadenar un crecimiento descontrolado de células cancerosas. Estas células, a su vez, pueden formar tumores que representan una amenaza para la salud del individuo.

Un reciente descubrimiento realizado por investigadores de la Universidad Rockefeller de Nueva York, Estados Unidos, ofrece una nueva estrategia para abordar este problema, centrándose en el tratamiento de una enfermedad hepática rara y peligrosa mediante el uso de pequeños ARN de interferencia (ARNip). Estos ARNip tienen la capacidad de silenciar la expresión de genes específicos, lo que los convierte en herramientas valiosas para frenar el crecimiento de células cancerosas.

Según publican en la revista Molecular Therapy, los investigadores lograron introducir ARNip en células de carcinoma hepatocelular fibrolamelar (FLC) a través de un receptor de superficie celular. Una vez dentro de las células, estos ARNip bloquearon la producción de proteínas inducidas por el oncogén, lo que a su vez impidió la formación y proliferación de tumores.

Este enfoque representa un hito importante, ya que es la primera vez que se utiliza ARNip para combatir la progresión de la CLL (carcinoma hepatocelular fibrolamelar). Según Christoph Neumayer, el primer autor del estudio, este descubrimiento no solo tiene implicaciones para el tratamiento de la CLL, sino que también abre nuevas posibilidades para el tratamiento de otros tipos de cáncer de hígado y tumores en diferentes partes del cuerpo.

La CLL es causada por la fusión de dos genes ubicados en el cromosoma 19: DNAJB1 y PRKACA. Esta fusión conduce a la formación de una proteína disfuncional que promueve el desarrollo de FLC, aunque aún no se comprende completamente el mecanismo exacto detrás de este proceso. Una de las principales ventajas de esta terapia es su capacidad para dirigirse específicamente al oncogén responsable del cáncer, minimizando así los efectos secundarios no deseados en otras células sanas. Además, los investigadores han demostrado que esta terapia puede detener por completo el crecimiento tumoral en modelos animales, lo que sugiere un gran potencial para su aplicación en el tratamiento de otras enfermedades cancerosas.

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Con información de: Infobae

CD/NR

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