Mar 23, 2024 / 00:10

Así es el Popocatépetl, el coloso furioso que devoraba al Sol en el mundo prehispánico

Ciudad de México - Mucho antes de que los seres humanos pisaran la cuenca de México, el Popocatépetl ya estaba ahí. Los geólogos estiman que lleva gobernando el centro del país desde hace 730,000 años, con un pico orondo de 5,500 metros sobre el nivel del mar. Desde los orígenes de las civilizaciones en esta región, ha sido venerado como el gran señor de la tierra y el fuego.

Desde milenios atrás, los pobladores de Chalco, Cholula y Amecameca y otros pueblos circundantes no sólo lo han considerado como un elemento fundamental de la línea del horizonte. Todos ellos lo han respetado como un abuelo común que, así como les cuida y provee de tierra fértil, también es capaz de disciplinarles. Finalmente, según la tradición oral mexica, era el coloso que devoraba al Sol. Ésta es su historia.

El Popocatépetl es un volcán cónico con una base de 25 kilómetros. Traducido del náhuatl antiguo, su nombre significa literalmente “montaña que humea”. En la actualidad, los pobladores del centro de México lo llaman cariñosamente ‘Don Goyo’, que localmente es el diminutivo de ‘Gregorio’. La tradición oral de la zona susurra que ése es el nombre del espíritu que resguarda al coloso, por lo que la gente sencillamente se refiere a él así. También es común escuchar alusiones a él como “el Popo”.

Cuenta la leyenda que, durante el esplendor del Imperio Mexica, el Popocatépetl devoraba al Sol durante el atardecer. El registro más antiguo que se guarda de este pasaje está en el Códice Florentino (1577), donde se le representa con un fumarola poderoso. Cualquier otra documentación que lo sustente fue destruida durante la época colonial, a causa de la invasión española y la posterior evangelización del territorio.

Arturo Montero es arqueólogo y especialista en alta montaña por la Universidad del Tepeyac, así como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en México. De acuerdo con el especialista, desde tiempos inmemoriales el volcán servía para marcar la distribución calendárica del año. No sólo eso: “La montaña ha sido venerada desde hace más de dos mil años, depositando en sus cimas, laderas y cuevas ofrendas que ahora son del interés de la arqueología”, añade el experto para El País.

Incluso en la actualdiad, a causa del sincretismo religioso que se dio durante el Virreinato en México, las comunidades originarias de Puebla suben a las fauces del volcán durante la fiesta de San Gregorio, el 9 de marzo. En ‘el ombligo’, como le dicen tradicionalmente, ofrendan parte de sus cosechas y hacen fiestas en torno al gran coloso, que les acompaña en su vida cotidiana.

El Popocatépetl está catalogado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo. Sobre todo, debido a su altísima actividad y por la gran cantidad de daño que podría generar a la población aledaña. Por lo cual, las autoridades sismológicas del país han convenido un perímetro de seguridad de 12 kilómetros. Es común, dada su intensa actividad, que las columnas de humo se perciban hasta 130 kilómetros de distancia, desde la Ciudad de México. Así de poderoso es el volcán.

Delfino Hernández Láscares, director de la carrera en Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UAM), explica que el Popocatépetl tiene tres tipos de emisiones. Si el volcán estalla, encontramos las categorías siguientes de materiales:

  • Flujo, que son gases y piroclastos que bajan a altísimas temperaturas por las laderas
  • Derrame, que se refiere a ceniza y agua principalmente, como ‘lodo volcánico’
  • Colada de piroclásticos, que son mezclas de “gases volcánicos, agua, ceniza y otras partes sólidas”.

De caer coladas similares, podrían alcanzar velocidades de entre 66 y 250 kilómetros por hora, detalla el especialsita. Comparativamente, sería como una avalancha de material encendido, que podría provocar incendios y destruir todo a su paso. Especialmente, porque cae con toda la fuerza de la gravedad, y sólo se detiene con la topografía típica de la tierra circundante.

Por su parte, los gases tóxicos “pueden quedar suspendidos a lo largo de varios kilómetros sobre el cráter”. No sólo eso: es común que esta nube de gases nocivos se extienda a los estados circundantes. Este fenómeno es común en Puebla y la Ciudad de México, cuando el Popocatépetl emite fumarolas: exhalaciones de gases tóxicos con ceniza, que se quedan sobrevolando esta zona del país por varios días, incluso.

Una de las preguntas más frecuentes en los motores de búsqueda, con respecto a la actividad del volcán, es: ¿Qué está pasando con el Popocatépetl hoy? Esto es así porque es uno de los volcanes más activos del mundo. Por consiguiente, también es uno de los más monitoreados.

De hecho, según los registros de la Universidad Autónoma de México (UAM), incluso las erupciones de baja intensidad podrían tener consecuencias devastadoras para la población circundante. Además, no sólo los pueblos aledaños se verían afectados: “la vegetación sería de las primeras afectadas, la fauna alterada provocaría un desequilibrio ecológico, la agricultura se vería seriamente dañada y las cosechas se perderían de inmediato”, documenta la institución.

Irremediablemente, las familias que se sostienen de la tierra se verían severamente afectadas. En especial, aquellas que “dependen de la agricultura que se desarrolla en el entorno del volcán”. No sólo eso. En el estado de Morelos, cerca de la Ciudad de México, los centros recreativos con ‘aguas medicinales’, como las describe la universidad, se contaminarían con los químicos nocivos de la actividad volcánica.

A causa de la polución severa, la población circundante tendría que desalojar de manera inmediata. Los protocolos de protección civil establecen que tendrían que migrar hacia las grandes ciudades. Cuernavaca y la Ciudad de México serían las mayores candidatas para ello.

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Con información de: Muy Interesante

CD/NR

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