Oct 05, 2021 / 11:35

A 22 años de las horas más oscuras, tras las inundaciones de octubre de 1999

Bernabé Vallejo Olvera

* Dejando desolación y personas fallecidas, la tormenta tropical número 11 en esta región norveracruzana

Papantla, Ver.- Sigue latente para muchas familias las horas de intranquilidad tras 22 años de aquel 5 de cctubre de 1999 cuando iniciaron las fuertes lluvias por el paso de la Tormenta Tropical número 11 en esta región norveracruzana.


La peor tragedia natural que se tenga memoria debido al gran número de personas fallecidas y desaparecidas aún siguen vigentes en esta región.


Ocasionadas por las intensas lluvias que fueron dejadas por espacio de 36 horas en forma consecutiva por el paso de la Tormenta Tropical número 11, que dejó en sólo unos cuantos días, la lluvia anual, dejando a su paso destrucción y desolación.


La noche del 4 y madrugada del 5 de octubre de 1999 ha sido la más larga de la vida en muchas familias que aún recuerdan aquellos aciagos días en los municipios de Papantla, Espinal, Gutiérrez Zamora, Poza Rica, Cazones, Álamo, Tecolutla y Nautla, Colipa, Vega de Alatorre y Emilio Carranza pues en la oscuridad pasaron horas de terror, al percatarse que el agua ingresaba a sus casas y arrasaba con todo a su paso.


Los testimonios de los afectados de aquel entonces evocan que los ríos empezaron a desbordarse por la tarde y en algunos casos a partir de las 8 ó 9 de la noche, tenían el agua en el interior de sus casas y sus patios junto con sus parcelas totalmente anegadas.


Octubre, en varios casos significa luto, la tragedia, significa recordar que de la noche a la mañana lo perdieron todo y es que todavía tienen vivo el recuerdo sufrido hace 22 años, cuando la corriente del agua arrasó con sus casas, animales, sus familiares, incluso con ellos mismos, en el caso de aquellos que sobrevivieron a la furia de la naturaleza.


En este municipio, desde el primer momento se vieron palpables las afectaciones al inundarse la calle Olivo donde el agua inundó comercios, viviendas y automóviles poniendo en riesgo a sus pobladores, de igual forma horas más tarde empezó a llegar información sobre la situación que se venía presentando en colonias y comunidades.


Lamentables fueron las pérdidas humanas en esta cabecera y poblaciones aledañas pero esto nunca menguó el esfuerzo de ciudadanos, autoridades municipales, grupos voluntarios y religiosos.


La gran lección que nos dejaron las inundaciones de octubre de 1999 fue la solidaridad en las horas más oscuras por parte de una mano amiga y una palabra de aliento; siendo la mejor herencia para las nuevas generaciones.


El profundo agradecimiento por parte de la población, sin lugar a duda al personal de Secretaría de la Defensa Nacional, Marina-Armada de México, Transporte Aéreo de Gobierno del Estado, gobiernos de los estados de Colima, Nuevo León, Tamaulipas, Ciudad de México y Tamaulipas.


Protección Civil, Tránsito del Estado, preventivos municipales y estatales, grupos sociales, religiosos y voluntarios, ayuntamientos municipales, quienes fueron parte fundamental en apoyar a lograr superar esta tragedia.

CD/YC

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