Jul 18, 2022 / 08:53

✍️ Calambres/Esaú Valencia Heredia 18/07/2022

* Don Fernando cautivó a Rodríguez Prats

Cuentan que un día antes de tomar protesta como gobernador constitucional de Veracruz sacó cita para visitar al matrimonio Herrera Borunda, quería comer con ellos fue la propuesta. La petición fue aceptada y lo vieron como un gesto de cordialidad.

La comida se prolongó. Sólo notaron algo raro. Javier fue sin Karime.

Dijeron bueno quiso ser la visita muy personal, de agradecimiento y lealtad.

Antes de despedirse, les dijo que entendieran que a partir del otro día se iba a convertir en gobernador de Veracruz. Que por favor respetaran sus decisiones y evitaran hacer alguna sugerencia. Sólo iba existir un gobernador.

De momento no entendieron el mensaje. Cuando Rosita cierra la puerta le dice a Fidel te diste cuenta que a lo que vino fue a leernos la cartilla, pensaba que se iba a poner a la orden y a estar atento de nosotros, pero no fue nada de eso respondió la otra persona.

Desde ahí la pareja roja perdió la confianza de Javier y las cosas terminaron como todos sabemos. Lo que mal empieza mal acaba.   

    ***Doble agente pernicioso. La renovación de cuadros directivos en el Movimiento de Renovación Nacional revuelve las aguas.

Las pasiones desatadas son normales por la supremacía de Morena ante una oposición moralmente derrotada.

En esta ganancia de pescadores, algunos vivales quieren enquistarse en las dirigencias regionales del partidazo, vendiendo humo e inexistentes derechos de picaporte con los hombres de poder que rodean a Cuitláhuac García Jiménez.

En Huatusco, cabecera distrital número 13 de los 19 distritos electorales en los que se divide el estado, la efervescencia por la dirigencia de Morena está candente y plagada de zancadillas y tradiciones.

Alejandro Porras Marín, sedicente operador de Esteban Ramírez Zepeta en las altas montañas, anda como elefante en cuataleria en su afán desbocado por ser electo dirigente por las bases morenistas.

Con la bandera de ser enviado directo de Esteban Ramírez Zepeta, situación falsa, y cercano al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, recorre los 14 municipios, desde Camarón de Tejeda a Zentla, pasando charola, amenazando alcaldes y funcionarios de Bienestar, a quienes les exige una lealtad no merecida.

Lo delicado del asunto es que por una cara Alejandro Porras Marín dice ser enviado de Palacio de Gobierno; pero en su lado oscuro pacta, complota, se reúne con Miguel Ángel Sedas, "el zapatero", quién desea descarrilar a Morena en la próxima elección de 2024 para sembrar él su bandera de la coalición PAN-PRI-PRD en el distrito huatusqueño.

Los militantes de Morena ya saben la calaña de Alejandro Porras Marín y se decantarán por Norma Ramírez para que sea una mujer la próxima lideresa de los morenos en esta demarcación distrital.

Hasta la maestra Zaida Ochoa Valdivia, quién también aspira a la dirigencia, se unió en sororidad con Norma Ramírez, con la finalidad de frenar al doble agente Alejandro Porras Marín, quién no satisfecho con sembrar de recomendados el palacio municipal donde despacha Ventura Demuner Torres, ahora quiere extender sus fechorías y extorsiones a los demás municipios.

Se dice que ya Eric Patrocinio Cisneros Burgos lo anda campaneando porque en lugar de construir se dedica a dinamitar el movimiento moreno.

    ***Lo escribió en alguna ocasión el político chiapaneco quien ejerció la política en Tabasco, Juan José Rodríguez Prats:

Permítaseme relatar una experiencia personal. Fernando Gutiérrez Barrios, uno de los actores de nuestra vida pública más controvertido –y me atrevería a calificar de legendario–, del que mucho se ha dicho y escrito, se caracterizó en su trato como un hombre excepcionalmente cortés y educado. Su firmeza y prestancia eran fama pública. En su novela Morir en el golfo, Héctor Aguilar Camín pone en boca de un personaje (que por todas las referencias corresponde al veracruzano) una respuesta que lo define. Una mujer le recrimina que en México no había justicia, a lo que respondió (cito de memoria): “Señora, yo no sé lo que es eso, a mí me encargaron que cuide de la seguridad”. Ese fue el deber que asumió en su larga carrera y ciertamente debe haberse llevado una enciclopédica información de lo que el Estado mexicano ha hecho en esta vital área de la administración pública.

Tuve oportunidad de platicar con él cerca de media hora en su oficina, cuando era secretario de Gobernación, sobre don Adolfo Ruiz Cortines. Me escribió el prólogo de la primera edición de la biografía que escribí del ex presidente. Al interrogarme sobre sus diversos dichos y anécdotas, me impresionó la esmerada atención con que me escuchaba. Fue interrumpida la conversación por una llamada telefónica. Después de atenderla, me dijo: “Se quedó usted en el relato sobre don Adolfo cuando aconsejaba que ningún gobernante debe confrontarse personalmente con nadie, continúe”. La verdad, me cautivó el detalle. Cuidaba las formas, era obsesivo en cuanto a la actitud que el político debe tener con su interlocutor. Por muchos testimonios, se confirma también su rigurosa convicción de siempre cumplir su palabra. Lo consideraba lo más esencial de la negociación política.

De ninguna manera pretendo hacer un panegírico de don Fernando, con quien conviví en sus últimos días cuando coincidimos siendo senadores en 2000. Escuché su último discurso el dos de octubre de ese año sobre el movimiento de 1968. Falleció el 30 de ese mismo mes. No intento tampoco emitir juicios sobre su larga trayectoria. Simplemente relato mis vivencias en el afán de explicar, recurriendo a sus protagonistas, por qué un sistema político se prolongó casi un siglo en estabilidad y desarrollo en la historia de México. No sobajaba nunca, teniendo en cuenta que, como bien expresa el filósofo Avishai Margalit, “La humillación es un mal doloroso, mientras que el respeto es un bien”. Lo describo como un servidor público persistente en cuidar las formas para hacer eficientemente su trabajo, derivado del escaso trato que tuve con él y de los muchos testimonios escritos y hablados sobre su persona. Muchos simplemente lo calificaron como un caballero.

REFLEXIÓN: Lo que doy me lo doy, y lo que no doy me lo quito.

CD/YC

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